miércoles, 15 de noviembre de 2017

La Pereza de las tareas



“La hora de las tareas, por lo general, también es la hora de las peleas entre padres e hijos. Los padres poco o nada saben de cómo hacer para que sus hijos hagan las tareas escolares por sí mismos. Primero vienen los ruegos, luego los gritos, y finalmente, los altercados. Y lo cierto es que siempre que se trata este tema, la impaciencia y la desesperación de los padres se hacen evidentes. Unos optan por desentenderse del problema, otros, por el contrario, deciden hacerles las tareas a los pequeños con tal de que se acuesten rápido y no molesten más. Hay algunos que eligen hacer la labor que no les corresponde, esperando que sus hijos saquen siempre notas sobresalientes o como estrategia para evitarles un castigo”.
Las dos expertas lanzaron al mercado este libro, que entre otras motiva a los padres para que se den cuenta de que su participación e interés en las tareas de los niños es trascendental, les explica cómo brindar adecuadamente ese apoyo y qué actitudes son correctas y cuáles no, les da pautas para fomentar los buenos hábitos de estudio y les cuenta qué hacer específicamente ante dificultades puntuales en el desempeño escolar. Extractamos datos de utilidad a la hora de sentarse con su hijo a acompañarlo -¡no a hacerle!- las tareas.
A la hora de hablar de las temibles tareas escolares, padres, sicólogos y pedagogos siempre se dividirán en dos bandos. Uno las considera necesarias, mientras el otro saca a relucir estudios que demuestran su impacto negativo en la vida del niño y su familia. “Precisamente por eso –aseguran las autoras- hoy se puede encontrar una gran gama de colegios y escuelas con políticas de tareas que van desde la rama ortodoxa y tradicional, hasta los proyectos más diversos y novedosos que incluyen tiempo en los centros educativos para hacer allí las labores o aquellos que las han abolido por completo”.
Sin tomar partido ni a favor ni en contra, las expertas hacen un compendio de las dos corrientes. Entre los pros están:
Varias investigaciones realizadas muestran que los niños que pasan más tiempo haciendo las tareas en casa logran un mejor desempeño académico.
Otros estudios señalan que lo aprendido en clase se puede poner en práctica fuera de ella. Por ejemplo, las matemáticas sirven en la cocina, para hacer compras, pagar recibos, etc. Así, los niños se dan cuenta que el conocimiento es parte integral de la vida diaria.
Las tareas pueden llegar a despertar amor y deseo por aprender.
Le permiten al niño identificar el estilo de aprendizaje que más le gusta y ponerlo en acción.
A largo plazo, tienen efectos positivos sobre los futuros hábitos de estudio.
Fomentan la autodirección y la autodisciplina.
Les ayudan a los niños a ser más independientes y responsables.
Generan espacios para compartir en familia.
http://www.eluniversal.com.co/suplementos/nueva/tareas-6-estrategias-que-no-fallan-150266

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